Esta serie de Post que pienso publicar de aquí en adelante está dedicada a mi buen amigo Hitori Kokoro; aunque no lo conozco personalmente me gusta considerarlo mi amigo pues él y yo tenemos una manera parecida de pensar respecto a los imposibles asuntos del corazón.
Bueno amigos, este espacio es una manera de presentarles mis reflexiones personales y una especie de diario donde les escribiré sobre lo que vivo y siento. Hablaré únicamente a partir del día de hoy, no diré nada sobre experiencias pasadas, aunque tengan la certeza que no es mucha información la que se pierden.
Verán, no puedo olvidar las palabras de mi profesora Rosa, maestra mía de Literatura quién me decía que "A pesar de que dices odiar el Romanticismo, tu carácter es el de un Romántico". Andando el tiempo he tenido que admitir que tuvo razón.
Pues, resulta que ahora soy Romántico y luego Otaku/Akiba-Kei, una combinación muy proclive al sentimentalismo, asi que aquí me tienen. Y por supuesto, aunque las mujeres en general me pueden resultar atractivas, mi interés está con las chicas que compartan mi modus vivendi; es genial poder estar con una muchacha bonita que conozca acerca de videojuegos, anime y todo lo relacionado con ese mundo, ni siquiera una rockera me satisface tanto como una Otaku; y claro, si es Rockera y Otaku, tanto mejor.
Así ha pasado el tiempo, he conocido gran cantidad de personas, he hecho amigos y amigas, algunos cercanos, la mayoría sólo buenos camaradas, pero no he hallado aquella persona a la que pueda confiarle todo lo que siento y quiero, todo lo que imagino y sueño. Es así que, como la novela de McCullers, mi corazón es un cazador solitario en busca de ese "alguien" con quién pueda sentirme contento y tranquilo.
Hace poco comencé a frecuentar a unos compañeros de mi universidad, los "Frikis de la Facultad" con quienes he pasado buenos ratos y gracia a los cuáles me he animado a insertarme más profundamente en este universo.
Sin darme cuenta de lo que sucedía, conocí a Mari, una muchacha algo menor que yo, apasionada por los Videojuegos y el Cosplay. Describirla es grato: Bonita, de tez clara. Alegre y espontánea, siempre con una sonrisa fresca y una mirada traviesa pero dulce. Claro que cuándo hablas con ella acerca de Nintendo da gusto hacerlo, un tema agradable con una chica atractiva no es para menos.
Al principio no le presté mucha atención, era sólo una una visión agradable, pensando "ella es linda" o "es bonita", pero nada más.
Todo cambió cierta noche que nos reunimos para jugar y disfrutar de nuestras aficiones. No había viento, ni estrellas; la oscuridad no era ni siquiera completa debido a los múltiples reflejos de las luces eléctricas de la ciudad, pero eso no importó, teníamos ánimo de pasar un momento y realmente creo que lo logramos.
Fueron 2 ó 3 horas de plática, juegos y risas. Yo conversaba con uno y otro, jugaba Guitar Hero o comía alguna botana. Nada anormal sucedió, sólo estaba conversando y compartiendo aficiones.
Ella estaba con nosotros, pasando un buen rato, y creo que es cuándo comencé a verla de una forma diferente, pero di por sentado de que "sí, me atrae, pero sólo eso". Intentaba no darle demasiada importancia.
Ya pasaban de las 10 de la noche y nosotros estabamos sentados jugando Yugioh!, confirmando lo que sabemos de sobra, que somos unos frikis de lo peor.
Yo observaba a mis compañeros jugar, y ella, en medio de nosotros, usaba su inexperta baraja animada por los deseos de aprender nuevas técnicas y jugadas.
No recuerdo que sucedió, creo que alguien hizo un comentario gracioso, porque todos reímos, seguramente alguien activo una Contra-Trampa aderezado con comentarios burlones. Sea lo que fuere, todos reímos, y es cuando siento que la vi a los ojos, sólo un instante.
Ella reía, igual que nosotros, y no pude evitar fijarme en ella, sin hacer caso de los otros. Me gusta imaginarme que ella también me devolvió la mirada, mas no puedo afirmarlo, pero aún cuando así fuese ¿qué diantres se supone que debo pensar? Apenas la conozco y sé muy poco acerca de ella o de su vida, mi contacto con ella se ha reducido a las reuniones que hacemos. Ella apenas me ha visto, y no soy precisamente la persona con la que cruza palabra con más frecuencia. Es amistosa, pero es imposible saber que puede pensar.
Fue realmente un momento muy corto, y yo inmediátamente volví mi atención a las demás jugadas. La partida terminó y yo regresé a casa, contento, y honestamente, Mari no fue un pensamiento que dominara mi mente esa noche.
Al dia siguiente hubo un evento de Cosplay, y la mayoría de nosotros asistió. Yo estaba entretenido tomando fotografías y apenas me dio tiempo para saludar a mis conocidos, había muchos cosplay para ser retratados.
Ella llegó, ataviada en un genial cosplay de Dante, el carismático protagonista de Devil May Cry, y me pareció que se veía muy bien, pero de nueva cuenta, no me vino ninguna sensación especial, sólo me pareció atractiva.
Habían transcurrido unas horas, y ya se estaba preparando la exposición final. Me acerqué al escenario y me dediqué a observar lo que ocurría. En un momento, ella se acerca y me saluda, yo sólo atino a contestar con un débil "Hola" y una sonrisa bastante insegura, pero me sentí bien.
Llego su turno de participar, y demostró tener experiencia en las presentaciones, pues posó y se movió con estilo y seguridad. Yo aproveché la oportunidad y no dejé de tomarle unas cuantas fotografías, que por cierto, salieron borrosas debido a que no cuide la velocidad de disparo.
Pero entre esas malas fotos hay una que me hace pensar que algo bueno puede estar gestándose, una suerte de aviso o señal de buen augurio. En una de las fotografías ella aparece rodeada por varios otros concursantes que, debido a su movimiento y a mi mala técnica, aparecen borrosos, todos, excepto ella, que aparece nítida y bien definida, riendo.
Cómo me gustaría decir que es una fotografía profética, o al menos reveladora, que parece decir que "nada a su alrededor importa más que ella". Pero no puedo sentir que es realmente lo que siento y eso me entristece, quisiera decir "la quiero" en vez de "me gusta", pero no puedo decir tal cosa, al menos en este momento.
Cómo me gustaría decir que es una fotografía profética, o al menos reveladora, que parece decir que "nada a su alrededor importa más que ella". Pero no puedo sentir que es realmente lo que siento y eso me entristece, quisiera decir "la quiero" en vez de "me gusta", pero no puedo decir tal cosa, al menos en este momento.
Los últimos días he estado esperando por la oportunidad de verla y mientras, me he dedicado a argumentar fieramente conmigo mismo acerca de lo tramposo y desleal que es mi corazón, pues mucho tiempo a buscado y ahora que encuentra a alguien se obstina en repetir "Parece, pero NO es".
Hoy fui de nueva cuenta al lugar acostumbrado, y la encontré a la entrada. Iba vestida con el uniforme de la banda musical de la preparatoria, y su cabello, melena corta y desafiante, estaba cubierto por una gorra azul de corte casi militar. Traía un par de baquetas en la mano "Así que también toca música" pensé "Eso la hace incluso mejor".
Inconscientemente busque verla a los ojos, pero me fije más en las puertas y ventanas. Me limité a saludarle con otra de mis frágiles sonrisas que ella correspondió con otra más alegre y seguro. Me dijo "Los demás están ahí adentro" y se fue rumbo al colegio, dejándome frente a la puerta sin darme tiempo a decir o hacer alguna otra cosa, aunque seguramente me hizo un favor, porque no creo que haya podido hacer algo inteligente.
Ahora ya estoy de nuevo en casa, y aún no puedo sacar nada en claro. Desearía con toda mi alma poder decir "Estoy Enamorado" y a fe mía que entonces yo dejaría que mis sentimientos fluyeran absolutamente en libertad, con el anhelo de llegar hasta los confines de la Tierra... pero no puedo hacerlo, algo me frena, y eso me pesa grandemente.
Por ahora, sólo puedo contentarme dedicándole el mejor de mis pensamientos, esperando que mis ilusiones y sueños bobos se puedan volver realidad, que ella y yo estemos, en algún momento, juntos, escuchando el tema de amor de Final Fantasy IV sin importarnos el resto del mundo, pero ¿cómo saberlo?
No puedo hacer o decir más, y es increíble que yo arme todo ese teatro con tan pocos fundamentos, pero es que, a mi modo de ver, he estado tanto tiempo alumbrando las calles con la Lámpara de Diógenes que ahora no puedo resignarme a pasar por alto esta "emoción descarriada"
Una cosa me queda clara, no puedo actuar precipitadamente, y si mi Karma es que todo esto esté sucediendo, entonces sólo me queda tomar el mejor de los caminos, aunque yo se que probablemente sea el que no quiero.
¿Por qué, como díria el Lazarillo de Tormes, debo guardar la regla, esperando en mi desdicha seguir guardándola siempre?
Como quisiera amar de verdad, así no debería preocuparme por nada, excepto por ella.
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