
Lo notable de este corto de sólo 2 minutos de duración es que se trata de una producción independiente realizada por un joven estudiante japonés, Ishida Hiroyasu, alumno de la Facultad de Manga en la Universidad de Kyoto. Así es, los japoneses han comprendido lo importante que es el anime y el manga para la cultura y economía de su país, de modo que le están dando mucho apoyo.
Hiroyasu es un ejemplo del potencial de las nuevas generaciones, revelándose como una promesa en el futuro de la animación japonesa, pero más allá de eso, es un modelo a seguir para todos los jóvenes emprendedores deseosos por cumplir una ilusión.
Sin más que agregar, aquí está la Confesión de Fumiko.
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